Somos el Lugar donde habitamos
Hace unos días leía un artículo sobre la afectación que tenemos como comunidad con los desastres ambientales. y en otro abstract de una revista de filosofía vi un articulo titulado "Después del Apocalipsis" y encontré el concepto solastalgia (2005) de un filosofo llamado Glenn Albrecht el cual lo utiliza para nombrar la sensación de angustia provocada por la transformación del entorno en el que se habita. Si antes hablábamos de nostalgia por el pasado que tuvimos y no vuelve, ahora tenemos solastalgia por el futuro que no tendremos.
Un dia que llegaba en un vuelo a Bucaramanga observe desde los cielos el lugar donde vivo. Es el lugar de mayor deforestación y erosión por el basurero de Bucaramanga y las ladrilleras en el área metropolitana. Realmente un ecocidio y en medio de ese caos está la finca, un oasis de árboles, un pequeño verdor en medio de tanta aniquilación por el ser humano. Ahora comprendo en medio del dolor que la solastalgia va mucho más allá, nos deja impotentes ante una realidad apocaliptica como el ecocidio.
Otro filosofo Horvat (2021) nos plantea que ese sentimiento de la solastalgia lo define como "duelo anticipado" que nos podría ayudar a evitar lo que se avecina. Para Horvat el apocalipsis es una "maquina semiótica" ya que los acontecimientos catastróficos generan sentidos y se convierten en narrativas. Una de las conclusiones de su libro "Después del apocalipsis" es que el apocalipsis nunca es sólo una "revelacion" que ocurre en la realidad física o en la biosfera: es al mismo tiempo una lucha por el significado en la semiosfera. Lo anterior nos debe llevar a pensar en que es posible avecinarnos a luchar para transformar esa realidad en otros finales posibles. Parece alarmante pero puede ser prometedor un final diferente el cual desde ya podamos pensar para evitar la extinción.
Y ante la afirmación del título con el cual empezamos este articulo. No me considero erosión sino oasis en medio de la destrucción ambiental.
Tal vez, este es el momento de pensar si en nuestra vida hemos vivido el sentimiento de solastalgia, si reconocemos que estamos en una situación apocalíptica y si somos capaces de transformar esos mundos posibles y si podemos poner algún plan en marcha con nuestras comunidades. Ahora que el reloj del juicio final en enero del 2025 marca 89 segundos para la media noche.
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