Un mundo natural y espiritual por descubrir


Desde la labor que desarrollo con la destilación de plantas medicinales siempre he dicho que primeramente debemos acercarnos a las plantas de manera preventiva antes que curativa.  Ellas preparan nuestro despertar siendo la taza de café una excelente manera de empezar el día y si este viene acompañado con algunas otras plantas lo haríamos más medicinal.

Hace unos meses hacia café con moringa, café con regaliz, cafe con canela y hasta café con algarrobo.  Todas estas plantas son medicinales y así empezábamos la mañana con un plus a la bebida habitual.  Me llamó la atención el algarrobo pues esta planta se da en lugares muy áridos y se caracteriza por su resiliencia y tenacidad, otra cosa que me llamó la atención indagando es un simbolo de la esperanza en diferentes culturas.  A veces nos quedamos solo con las propiedades de la planta, pues es algo que nos trae beneficios.  Pero descuidamos a veces lo que verdaderamente nos pueden aportar desde la espiritualidad nuestros hermanos menores.


En tiempo de cuaresma fue cuando me di cuenta de la planta de algarrobo, la cual se hizo evidente en la lectura del hijo prodigo.  El cual el hijo menor reconoce que había pecado y la estaba pasando muy mal comiendo algarrobo con los cerdos y decide emprender el camino de regreso a donde su padre. El consumo de este alimento a la par que a los cerdos le cuestionó su existencia.  Se dio cuenta que comía mejor en la casa de su padre y regreso para que lo trataran como un criado.

Encontrar una relación en el camino de la conversión con la dieta del pecador no es lo que busco.  Sin embargo, estaba ayudando y en mi comprensión hacía su propia limpieza espiritual hasta que tomó la decisión de regresar a la casa del Padre.

Replanteemos la manera de ver el mundo natural, el mundo de las plantas medicinales como una oportunidad no solo para nuestra salud emocional, física sino espiritual.


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