Allá va el Curandero
Allá va el Curandero
En aquel tiempo, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Mt.11, 25
Me encontraba en una tienda de barrio conucos orientando a la dueña de la panadería pues tenía retención de líquidos y problemas de circulación. Hablamos de la Cola de Caballo la cual serviría para limpiar el riñon y a su vez eliminar la retención de líquido como también de la Crema de Centella Asiática y Uña de Gato que elaboramos para aliviar la flebitis. Cuando una señora humilde que desayunaba en una de las mesas, levanto su voz y dijo: "yo lo estoy escuchando y usted es un curandero" a lo que me llamo la atención y volteé a saludarla. Ella me dijo: "yo soy campesina y también tengo el don de la curación como usted" Te voy a enseñar como curar la erisipela. Me sente a la mesa y me dijo: "yo he curado el Cáncer de muchas personas y los médicos me buscan" empezó a contarme un sinnúmero de personas que había curado y como lo hacía, Fue una conversación realmente interesante pues le alegraba encontrarse con alguien como ella que tenía el Don de Sanación y a mi también. A lo largo de la conversación salió a flote un dolor que se combinaba con resignación: "He curado el Cáncer de muchos y no soy capaz de curar a mi esposo que está en la clínica por una trombosis" El silencio se apoderó del lugar, de quienes escuchaban nuestra conversación. Yo también pensé en mi madre que había fallecido recientemente por un cáncer de páncreas...somos capaces de curar a otros pero a veces no curamos a los propios. Yo solo la tome de las manos y le dije "No te preocupes" ella bajo la mirada y continuamos hablando de sus experiencias. Ahora si le voy a decir como curar la erisipela me dijo. Realmente ese situación la he vivido con mi esposa en menos de un año dos veces, esa infección bajo la piel que la incapacitaba para caminar. Y fue asi que me compartió que ella buscaba el nido de las hormigas, las cuales tienen la baba que dejan en la arenilla apilada a la entrada del nido, la cual tiene propiedades antimicrobianas y recogía esa arenilla con la cual mezcla con mataratón. Las hojas las cocinaba y licuaba y ya frio lo mezclaba con la arena haciendo un cataplasma. Y en medio de la oración decía su formula donde Jesús es el que tiene la autoridad de sanar y durante una hora sobaba la pierna del paciente y la vendaba.
El acido fórmico que segregan las hormigas es un poderoso analgésico, antiinflamatorio, para el cuidado de heridas en infecciones en la piel y combinado con el mata ratón eleva sus propiedades.
Le agradecí el haber compartido su experiencia y le hice saber que no estaba sola y que la bendecía por lo que hacía. Me despedí y salí del lugar. Doña Hortencia, no dejaba de gritar con alegría: "mírenlo... allá va el curandero". Realmente solo a los humildes le son reveladas estas cosas y seguí mi camino agradecido con Dios por ese bonito encuentro.
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