Cada planta es un aprendizaje para nuestra vida espiritual

La Pandemia nos enseño a ser solidarios con nuestros campesinos.  Al ver que Don José perdía su cosecha compramos parte del cultivo y empezamos a destilar Ajo -Ají el cual fue vendido como Insecticida natural por galones.  Fue un esfuerzo grande para sacar varios galones para cultivos de guanabana para el control de plagas.  La solidaridad con nuestros campesinos nos llevó a trabajar en marzo-abril del 2020 a aprender de esta planta.
El sacarle la semilla al ají e impregnarme la capseina en las manos...fue como un quemazón que duró toda una noche pues moje mis manos...no  me dejó dormir el dolor...solo lo calmaba con agua fria momentáneamente.  Dure toda la noche con las manos en agua fría con llantén y sábila. Al otro día le comente a don José lo que me había ocurrido y  me dijo que el calmaba ese dolor con aceite Johnson.
Sentía como si me hubiera martillado las manos... fue todo un martirio, no solo para mí, sino para las personas que convivía pues no sabían como ayudarme a mitigar tanto dolor.  Realmente sentía desesperación por tanto dolor.  Aquí el dolor hizo que recurriera a la oración de rodillas ante el Señor.
Uno no espera ser solidario y por ayudar al prójimo terminara no solo con un dolor tan desesperante.  Ofrecí ese dolor a Cristo por todos los campesinos que perdieron sus cosechas y viven situaciones desesperadas por sobrevivir en medio de la pandemia.
De nada sirve sufrir sin un propósito.

Contare brevemente algunas experiencias con plantas,  con ellas he aprendido tener respeto, admiración y gratitud.  Pero también son un regalo para nosotros y una maravilla de la creación al servicio de la humanidad.
En una oportunidad de aprendizaje para todos.


Trompeta de Ángel:  Cuando niño robaron nuestra vivienda y para poder hacerlo me echaron burundanga.  Dos cosas decía que había perdido:  la inocencia y la voluntad.  Seguí instrucciones sin cuestionarlas y perdí mi memoria de manera temporal. Desde niño conocí que el engaño y la maldad no tiene límite.  Solo recordé un mes después lo que había ocurrido.  No hay nada peor que robarle la voluntad a alguien.  Dios respeta  la voluntad humana.  Para Dios es sagrada la voluntad, el no hace nada sin nuestro consentimiento.  Salimos del paraíso por haber comido del árbol del conocimiento del bien y el mal.  Nuestros ojos se abrieron por haber comido del fruto prohibido y nos vimos desnudos.  Esa desnudez es la desobediencia.  Cuando leo este pasaje...me acuerdo de esta planta el Floripondio.  La escopolamina se utiliza para dilatar las pupilas...ese abrir los ojos a una luz que enceguece y no nos permite ver. Pero no solo los ojos se dilatan...se dilata la noción del tiempo...entran a nuestro hogar a robar...no hay posibilidad de resistir...y el efecto de la droga alucinógena les permite cumplir su prometido.  A veces pienso que el árbol prohibido no tenía fruta sino esa flor.  Pues al entrar en contacto con ella perdimos la memoria...si la memoria de haber estado en un paraíso en donde lo teníamos todo cumpliendo la voluntad de Dios.  Hoy apenas estamos recobrando la memoria como Pueblo de Dios,
pero seguimos haciendo lo nuestro...transgrediendo para lo que fuimos creados....para cumplir la Voluntad de Dios.  Esa inocencia la perdimos cuando salimos del paraíso.
No podemos satanizar las plantas ellas en su dosis adecuada sirven para nuestras dolencias y enfermedades, en especial esta para el Alzheimer.


El Nispero me enseño que es necesario tomar las plantas medicinales de manera preventiva.  Con la destilación quedan infusiones, las cuales aprovecho para limpiar mi organismo.  Las personas que nos visitan toman de nuestros té de la planta del día que destilamos y cuando  queda aprovecho para llevar a casa el té embotellado.  Meses antes había tomado 5 tazas de té...sentí un dolor al tomar el quinto té, pero no le preste atencion.  Meses después volvía a destilar y dejé un vaso para mí... lo tome siendo consciente de limpiar mi riñón rayándole panela.   A los dos días siguientes un dolor me despertó a las 4a.m me hizo salir de la cama y ponerme de rodillas, coloque mi cabeza en el piso.  Realmente a esa hora de la madrugada y levantado con un dolor impresionante no sabía que me estaba pasando.  Solo busque en mi maletín gotas de anamú -llanten para el dolor.
Espere unos minutos y me fui para la clínica.  Allí me pidieron recoger una muestra de orina.  Cuando llenaba el frasquito cayo una piedra...allí fui consciente que el Nispero que había tomado había sacado los cálculos.  Y lo curioso es que yo jamás había sufrido de ello.  Allí le dije a la médica de urgencias que era lo que había tomado para limpiar el riñon y sin proponérmelo había sacado unos cálculos.
Este té es uno de los más sabrosos para mí ..me invitó a  orar de rodillas con la frente en el piso (como el musulmán) que se abaja.  La gravedad te atrapa y no deja que despegues tu cabeza por el dolor y en medio de ese sufrimiento (parto de los hombres) oras y le pides a Dios que aparte ese dolor tan ..... Creo que las oraciones a veces no son tan respetuosas cuando hay un grito de dolor y a veces se sale uno que otro madrazo.
Dios siempre escucha el Clamor nuestro en medio del dolor.




 

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