Domador de Fieras...el Ciprés
Domador de fieras…el Cipres.
La gran mayoría de ustedes se colocaría en el rol de domador
y no en el de fiera. En mi caso para
este relato soy la fiera que trata de disciplinar su espíritu, que busca domar
no una sino varias fieras que habitan dentro de mí. Como la historia del ermitaño que vivía con
varios animales salvajes dentro de sí mismo y se mantenía ocupado en
domesticarlos.
El domador hace su entrada triunfal con el látigo
intimidando a la fiera, manteniéndola a raya.
Por lo general vemos a un domador desalmado, más fiera que la misma
bestia a domar, alguien imponente que se acerca a la bestia y la reduce.
Y si lo salvaje es reducido deja de ser salvaje? Y si la fiera que hay en mí es aquietada
descubre el poder del control y no deja de ser fiera?
He visto como cuidadores de animales salvajes que visitan
años después a los animales estos les recuerdan con gratitud. Algo del domador entra en la fiera y la fiera
entra en el domador.
Pero detrás del domador se esconde un hombre profundamente
amoroso de la criatura, exigente, prudente, conocedor de cada movimiento del animal
salvaje y totalmente disciplinado.
Acudí donde mi amiga Yogui quien alojaba unos amigos que
traían aceites esenciales. Decidí
comprar algunos de ellos. Y de paso
realizar una aromaterapia con aceite de Ciprés.
Ese día considero fui bautizado en el mundo natural.
El ciprés es un vasodilatador, expande la venitas de la
cabeza mejorando la circulación a su vez de todo el cuerpo. Me sente en una silla mecedora mientras
frotaba con las manos una gota de cipres y empece a inhalarla 3 veces. Durante el momento de la aromaterapia le di
gracias a Dios por el hermano cipres el cual venia a mi encuentro para salud y
remedio.
Algunas escritos que realizo detallan cada encuentro con las
plantas y nos permiten adentrarnos en una nueva manera de interpretar el mundo
natural y de invitarlos a comulgar con la naturaleza.
Pero continuemos con la experiencia. En un momento de
quietud el aceite empezó a ingresar a mi cerebro para ser codificado. Lo que les relataré es como si el domador
estuviera frente a mí y su látigo golpeara el piso varias veces para luego
darme un latigazo en la cabeza que me dejó frío y quieto. Recuerdo que varias lágrimas caían en mis pómulos. Fue como un rayo de fuego que atravesó mi cerebro que me dejo varios
minutos sumido primero en el dolor y luego en una paz y tranquilidad.
Nadie de los que han hecho aromaterapia conmigo han sentido
lo que yo sentí. Cada cuerpo responde
diferente. Tal vez, porque yo
continuamente destilo plantas medicinales y mis venas del cerebro realmente
están dilatadas.
Con el tiempo de realizar aromaterapia a quienes venían a
visitarme y utilizaban el aceite esencial de ciprés me di cuenta que con una
sola gota de aceite podía diagnosticar lo que hace un equipo de tomografía computarizada.
Lo primero era decirles a las personas que todo lo metálico
lo retirara del cuerpo y que se sentaran lo más cómoda posible ojalá en una
silla con descansa brazos. Le pedía a la persona que orara interiormente para
vivir este encuentro con el hermano ciprés y a Dios por ese regalo de la
naturaleza. Luego de lavarse las manos
colocaba una gota del aceite en su mano y este se friccionaba las dos manos
para luego llevar las manos juntas a la nariz y llevar el vapor del aceite a su
cerebro durante 3 veces.
El cipres ingresaba al bulbo raquídeo y en unos minutos generaba alergia y la
persona estornudaba. Lo siguiente la
persona me relataba en donde iban las arañitas…estas debían pasar en menos de
20 segundos por todo el cerebro. Algunos
deportistas lo sentían en brazos y otros en todo el cuerpo.
Recuerdo una pareja que me pidió realizar la aromaterapia
para un adulto mayor. Allí descubrí que la
persona al narrarme el recorrido de las arañitas que caminaban se había detenido
en dos lugares y el tiempo para pasar se hizo eterno…unos 20 minutos. Le pregunte si él había tenido algún
accidente cerebrovascular y me dijo que sí.
Así descubrí que la aromaterapia de esta planta puede diagnosticar en
las personas algún taponamiento o cierre de las venitas que atraviesa el
cerebro y este ejercicio se puede hacer de
manera preventiva. Algunas personas que
acuden a la aromaterapia se les ha enviado a realizar exámenes para confirmar
los diagnósticos dados.
Recordemos que son 20 segundos para que codifique el aceite
esencial en nuestro cerebro, 3 minutos para que esté en la sangre y 20 minutos
para que esté en cada célula del cuerpo.
Espero que este Blog pueda concientizarnos del valor de
nuestras hermanas menores las plantas y el valor de acudir a ellas como un
Encuentro lleno de experiencias que fortalecen nuestra salud y vida espiritual.
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