Dios te invita a emprender, a caminar, a confiar y a ver los milagros para contarlos!
Emprender es tan solo caminar al
encuentro…es ver el milagro en varias lugares de la ruta del camino.
En estos días escuchábamos los
relatos de Moisés, ya viejo y tartamudo que emprendió una lucha contra la
injusticia social, una lucha por la libertad.
No era nada fácil pararse y hablarle al Faraón y convencerle que después
de muchos años de "obra barata" de someter a un pueblo a la exclavitud, debía dejar salir al pueblo de Israel, un pueblo
escogido por Dios. Una tarea monumental
no solo para convencer al Faraón de dejarlos salir, sino convencer a un pueblo
que Dios estaba de parte de ellos para levantarse y buscar la libertad junto
con ello la promesa de una tierra prometida.
Fueron muchas las vicisitudes,
las amenazas de deambular por el desierto como las picaduras de serpientes y
alacranes, además de vivir pensando: ¿Qué comeré?, ¿qué beberé? ¿A dónde iré? Y
todo esto por alrededor de 40 años. La
paciencia de un pueblo llevada al límite, pero también lograron fortalecer su
Fe y confiar en el Plan que Dios tenía para ellos.
Uno de los pasajes del Éxodo capitulo 16 nos narra que ellos en el
camino encontraron maná, el cual recogían y saciaban su hambre. En el libro del Deuteronomio hace una
referencia a la Palabra de Dios como el maná para saciar el Hambre de
Dios. Realmente en nuestra sociedad
contemporánea uno de las mayores tragedias en especial en las ciudades es la
ausencia de empleo y la única manera de encontrar recursos es iniciar un
emprendimiento. Hoy en día es una
política de los gobiernos apoyar los emprendimientos y llevarlos de la mano
para que se conviertan en pequeñas microempresas o minipyme, logrando dar el
salto a la formalización y a la creación de nuevos empleos.
Hoy el maná que Dios nos entrega
es tal vez el nuevo emprendimiento que hemos iniciado para no morir de
hambre. Levantarse con hambre y ver el
horizonte lleno de maná y entre varios salir a recogerlo. Es tal vez uno de los milagros para con el
Pueblo de Dios. Hoy muchos de nosotros
damos respuestas a esas tres preguntas gracias a nuestros emprendimientos.
Por tanto el maná y nuestro
emprendimiento es de por sí una bendición de Dios.
Hoy nos dimos a la tarea de bendecir lo emprendimientos dentro de la Universidad Industrial de Santander y del mercado campesino frente a la UIS. A medida que iban llegando y organizando el stand les comentaba que pasadas las 9am íbamos a bendecir sus emprendimientos. Les preguntábamos si les gustaría recibir la bendición de Dios. Solo unos 5 emprendimientos no aceptaron. Uno de ellos en una conversación muy agradable me dijo. “yo siento que estoy bendecido”. A lo que respondí: A veces necesitamos de la intención de otros o del Sacerdote para que ore por nosotros y así recibir la bendición de Dios. Sin embargo le dije: “no te preocupes, si Tienes FE solo cuando pase Jesús y estando al borde del camino recibiras la bendición” sin necesidad que yo me detenga frente a tu emprendimiento.
Conseguimos unas flores de
caléndula para realizar la aspersión del agua bendita e Iniciamos el recorrido…la
misión entregar todos estos emprendimientos a Jesús, para que el Reinara, para
que Él Triunfara. Junto con un menor de
10 años de nombre Jesús iniciamos el
recorrido. Encontré en el niño un
acompañante el cual al entregaba los letreros: “Dios es mi socio”, “Mi Dios y
mi Todo”, “Bendigo este Emprendimiento” y algunos besos y bigotes para tomar la
foto después de la bendición.
Uno a uno de los emprendimientos
nos recibieron con alegría y oraron para entregar sus negocios a Jesús. Cuando llegamos al emprendimiento contiguo al
del señor que no quería recibir la bendición.
Jesús “el niño” se acerca por iniciativa propia y del Altísimo y le
entrega el letrero “Bendigo este emprendimiento”. Yo solo mire el milagro y la Alegría del
emprendedor se hizo sentir al ver que Jesús…se acercó a la orilla y bendijo su
negocio, tal cual lo habíamos hablado.
Nuestras miradas se cruzaron al ver el gesto del niño, el cual ratificó
que también su negocio recibía la bendición.
Yo solo le dije “El también se llama Jesús”.
Así como el Pueblo de Israel
encontró muchos milagros en su caminar, fueron los profetas y reyes quienes nos
recordaban las hazañas de Dios en nuestra vida y las cantamos hoy en día en los salmos. Hoy este blog nos permite contar esas hazañas a un pueblo incrédulo que camina sin Fe y ha olvidado a Dios.
Hoy Dios bendice tus manos para transformar
y elaborar nuevos productos, hoy Dios bendice tu emprendimiento con el cual
alimentas tu familia, hoy Dios lleva de tu mano tu emprendimiento y aquello que
inicio pequeño como una semilla será grande como un árbol y del cual muchos se
alimentarán de este. La bendición de
Dios no solo llega a tu negocio sino a otros negocios que lo nutren para que
crezca y a tus clientes que encuentran en tu negocio excelentes productos.
Dios te invita a emprender, a
caminar, a confiar y a ver los milagros para contarlos!
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