Educar la mirada para la Contemplación
En nuestro taller de Plantas
medicinales destilamos para los ojitos. No
falta el colirio de la manzanilla, la caléndula, el sauco, el romero, el llantén
y últimamente la fruta de la granada.
Recuerdo a mi abuela tomando las pepas de la granada y estas se estallaban saliendo las góticas para cada ojo. Este era uno de los remedios naturales para mejorar la visión.
Esta semana tuve una visita de
unos de los clientes, adulto mayor y aprovechamos que estaba destilando granada
para echarle en sus ojos algunas gotas directas del fruto. El se recostó en el sillón y exprimí en cada
uno de sus ojos la capsula de granada que viene con la semilla. Inmediatamente cayó en cada uno de sus ojos y
algo de dolor se vio en su rostro pero una lágrima roja se deslizó sobre las
mejillas. Guarde silencio pues me evocó la escena de las lágrimas de sangre de
Cristo en la cruz y otras manifestaciones de estatuas de la Virgen que han
llorado sangre.
Esta situación me hizo permanecer en silencio y recordar
que debemos cuidar nuestra visión pero también educar nuestra mirada. Es por ello que surgió este artículo.
Que mi quehacer diario me lleva a
colocar mis ojos en la Cruz y en la contemplación del Hijo del Dios Vivo.
Hice primero una recopilación de
los textos de las sagradas escrituras que me invitaron a reflexionar sobre los
ojos y la mirada, espero que sean útiles para ustedes:
Pacto con los ojos
Job 31:1-7
1 Job declara su inocencia
»Hice un pacto con mis ojos,
de no mirar con codicia sexual a ninguna joven.
2 Pues, ¿qué ha escogido para nosotros el Dios
del cielo?
¿Cuál es nuestra herencia del Todopoderoso en las alturas?
3 ¿No es calamidad para los malvados
y desgracia para quienes hacen el mal?
4 ¿No ve Dios todo lo que hago
y cada paso que doy?
5 »¿Acaso he mentido
o he engañado a alguien?
6 Que Dios me pese en la balanza de justicia,
porque sabe que soy íntegro.
7 Si me he desviado de su camino,
o si mi corazón ha codiciado lo que vieron mis ojos
o si soy culpable de cualquier otro pecado,
Mirar al frente
Prov 4, 25-27
25 Miren tus ojos al frente,y diríjanse tus
párpados hacia lo que está delante de ti. 26 aExamina la senda de tus
pies,y sean establecidos todos tus caminos. 27 No te desvíes ni a la derecha ni
a la izquierda;aparta tu pie del mal.
Visión de
amor
Evangelio
de San Mateo 6, 22-23
»La lámpara
del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno
de luz; pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y si la luz
que hay en ti es oscuridad, ¡cuán obscura no será la misma obscuridad!
Marcos 7,33-34
…33Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le
metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; 34y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo:
¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! 35Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el
impedimento de su lengua, y hablaba con claridad.…
Juan 17,1
Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti,
Contemplar la Creación
Salmo 8
Cantico a las Criaturas –San Francisco de Asís
Contemplar a Cristo
“Yo lo miro y el me mira” Santo
Cura de Ars
Durante nuestra vida han sido muchos momentos maravillosos que han quedado registrados por nuestros ojos, el nacimiento de un hijo(a), una puesta de sol, alguna reunión familiar, el rostro de nuestra amada o amado. Hemos alimentado nuestros ojos de experiencias significativas que han quedado en la memoria y en el corazón. Nuestros ojos también se han abierto a lo espiritual a las cosas de Dios.
Me preguntaba ¿Cómo educar la
mirada para llegar a contemplar a Cristo?
Y encontré el texto de Job que nos invita a realizar un pacto con los
ojos, en otras palabras a alimentar nuestra mirada sin codiciar a nadie ni a
nada. En otras palabras en un pacto de pureza.
Que nuestra mirada no nos lleve al pecado. Luego el libro de Proverbios nos habla de
mirar al frente sin desviarnos de nuestro objetivo o del camino del bien. En
tercer momento una Visión de Amor. Esta
visión tiene puesta la mirada en el prójimo, en mirarlo con ternura y
misericordia. Un Jesús que su mirada
esta fija en el necesitado, una mirada que lo traspasa y sana. Pero también una mirada que refleja el alma y
la misericordia de Dios. No podemos olvidar también que la mirada se levanta
para dar gracias a Dios, para orar y conectarse
también con la divinidad. Otro momento es la contemplación de la naturaleza
para ello el salmo 8 y el Cántico a la Creación que se desprende de la
contemplación de la misma naturaleza.
Todo lo anterior debe llevarnos a contemplar el climax de la
creación: Jesús el Hijo de Dios.
El cura de Ars tiene una pequeña
historia que nos invita a la contemplación de Jesucristo con la frase frente a
la exposición del Santísimo: “Yo lo miro
y el me mira”. Adentrarse en el Misterio de la Salvación.
El tiempo de adviento que se
aproxima es también para contemplar el nacimiento del Hijo del Dios Vivo. Aprovechemos esta oportunidad para mirar con
ojos de niño, de ternura, de esa inocencia perdida. Para regalar
una mirada a quien la necesita y para extasiarnos con el nacimiento de Cristo
en nuestros corazones.
Recapitulemos: hacer un pacto con nuestros ojos de pureza,
mirar al frente sin perder nuestro camino, vernos en los ojos del otro con
amor, levantar la mirada para dar gracias a Dios, contemplar la naturaleza
entera para llegar a Contemplar a Jesús Sacramentado para extasiarnos.
Oración: Señor aumenta nuestra Fé, permite que pueda
realizar el pacto con mis ojos, un pacto de pureza. Que pueda mirar a mi hermano(a) con los ojos
el alma, que mi mirada no se desvíe de la Cruz, pueda acompañar la mirada con un te amo, que pueda sentir las
maravillas de tu creación cada día para darte gracias y elevar la mirada hacia ti,
hacia las cosas del cielo. Y en
definitiva poder fundir mi mirada con la tuya.
Amén!
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