Desiertos artificiales
Tal vez la ausencia de vida de aquellos lugares desérticos nos asusta. Sobrevivir en situaciones extremas sin agua y en medio del sol implacable no es el mejor lugar para estar. Sin embargo, allí podemos encontrarnos con los demonios que acechan. En el desierto tenemos la esperanza de encontrar algún oasis y allí encontrar agua como fuente de vida. Aquí en este desierto artificial no hay esperanza, el líquido que destila la basura son los lixiviados y es realmente tóxico.
Cuaresma es también transitar por
esos desiertos. Y por qué no? Por aquellos
desiertos artificiales que ha hecho el hombre para ocultar su podredumbre, su
basura, su pecado ambiental. Me refiero
al Carrasco en Bucaramanga. Y yo también
me veo allí reflejado en algo que se llama pecado de omisión.
Aquí también soy culpable pues mi basura va a parar allí por el
desenfreno del consumismo, por no aprender a reciclar, por no tener conciencia
de saber vivir con el ambiente, por no aprender a convivir aprovechando los
recursos y no desecharlos.
Este desierto artificial es tal
vez uno de los más dolorosos porque viola la normatividad siempre con el
pretexto de la famosa emergencia ambiental.
De no saber en dónde colocar nuestra basura de las ciudades que
habitamos y de las ciudades vecinas.
Pero contemplemos esta
fotografía, tal vez no veamos unos tubos que siempre están encendidos con el gas
metano que exhala la descomposición fétida de la basura bajo esa zona desértica. La luz en la noche que alumbra este desierto
artificial es gracias al gas fruto de nuestra podredumbre como ciudadanos inconscientes.
Tampoco hay aprovechamiento de biomasa para las personas que viven alrededor de
este desierto artificial.
He visto cuando hacen el esfuerzo
de empradizar este desierto y derrochan cantidad de agua para sostener una
vegetación escasa para tratar de tapar este desastre ambiental o pecado
ambiental.
Solo por enunciar tres
tentaciones de esta realidad en el desierto.
1. La omisión. Desentendernos del
problema ambiental y no hacer nada por esta realidad que nos afecta como
ciudadanos. 2. El sacar provecho
personal a contratos para extender la vida útil del Carrasco cuando estamos ya
en un cierre definitivo. O en el caso de corrupción donde se involucró a la
empresa Vitalogic y la procuraduría inhabilitó al Exalcalde con 14 años en
cargos públicos. 3. Desobedecer la Ley. La EMAB y los alcaldes pasan por encima de las autoridades
ambientales y de los jueces de la Republica alargando la vida útil del carrasco
cuando no le cabe un cubo más de basura al carrasco.
Este camino cuaresmal de
atravesar un desierto artificial puede ser la mejor manera de darnos cuenta que
seguimos siendo tentados. Que por más
que escodamos la basura bajo tierra seguimos oliendo a basura y que la
verdadera podredumbre sigue contemplando y caminando sobre este desierto
artificial.
Tal vez debemos reconocer que
todo lo hemos contaminado con nuestras acciones y salir de nuestra propia
podredumbre requiere de una limpieza y purificación. A orillas del Jordán, acudiendo al llamado de
Juan el Bautista a un llamado a la conversión.
No a una conversión de lo que expresan nuestros labios sino a una
auténtico cambió del corazón.
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